Infine, ecco le due produzioni scritte previste per la traccia storico-sociale di spagnolo della seconda prova di Maturità 2016:
a) Creo que nosotras mujeres tenemos el derecho de expresar nuestro pensamiento, nuestras ideas y opiniones. Antes de ser mujeres, somos personas; más allá del género sexual, hay algo que nos une: el derecho de expresar nuestras preferencias y de eligir quien está al poder.
Los hombres están convencidos que nosotras no tenemos las capacidades para hacerlo y siguen diciendo que nuestros deberes son buscar un marido y hacerlo feliz, formar una familia, cocinar, limpiar la casa, tener cuidado de los niños…
Nuestra máxima aspiración hasta ahora ha sido la costura, pero este es el momento ideal para trastornar el orden de las cosas, para transformar nuestra condición, porque nosotras no tenemos sólo deberes sino también derechos, y uno de los más importantes es el derecho de votar.
Nosotras contribuimos al desarrollo de la sociedad en la práctica, y es una injusticia que no podemos contribuir plenamente. A través del voto podremos decidir sobre nuestro futuro y no dejar que otros decidan en nuestro lugar.
El problema es que tenemos que convencer no sólo los hombres, sino también las mujeres que están acostumbradas a esta injusticia desde demasiado tiempo.
Probablemente no tendremos el apoyo de nuestras familias; es claro que nuestros padres preferirían que fuésemos más dociles. Pero ya no podemos quedarnos en silencio.
Somos conscientes de los peligros que tenemos que enfrentar para ganar esta lucha, pero no debemos tener miedo y perder la esperanza, porque un día nuestros sufrimientos serán recompensados y lograremos la concesión del derecho de voto.
b) Aunque la vida de las mujeres no sea tan difícil que en pasado, ya que han alcanzado muchos objetivos y derechos, en realidad todavía deben enfrentarse con varias discriminaciones de género, también en los Países más desarrollados.
Uno de los ámbitos en que se realizan más discriminaciones es el lugar de trabajo: en primer lugar, la mujer recibe, usualmente, un salario más bajo que el del hombre.
Además, para una mujer es más difícil hacer carrera y al mismo tiempo crear una familia porque los empresarios no están muy dispuestos a satisfacer las exigencias de la mujer trabajadora que intenta tener hijos.
Desde el punto de vista social, todavía hay muchos perjuicios contra las mujeres que no permiten la plena igualdad entre los géneros; por ejemplo el pensamiento común es que la mujer es más débil que el hombre; por tanto, no tiene las capacidades para realizar los trabajos más duros.
Eso implica que las oportunidades de encontrar un trabajo son menos.
Después de hablar de la discriminación laboral, se debe hacer referencia a la vida de la mujer en las relaciones sociales: casi siempre la mujer se evalúa por su belleza, en cambio de tener en cuenta sus capacidades y sus valores.
De toda manera, estos son sólo algunos de los problemas de las sociedades civilizadas.
En cambio, la situación es drástica en los Países en vias de desarrollo, donde aún hay mujeres que viven una condición de sumisión total a los hombres; que sea el padre o el marido, la mujer pertenece al hombre como si fuese algo de su propriedad.
En conclusión, aún es el hombre quien concretamente lleva las riendas en la sociedad; por tanto, todavía hay mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres.